Publicado previamente en El Rincón del Publicista
En el primer tercio del siglo XX Albert Einstein publicó las famosas Teorías General de la Relatividad y Teoría Especial de la Relatividad. Uno de los principios básicos de este hito científico que revolucionó en el mundo de la Física, fue la demostración de la relatividad del tiempo. El tiempo dejaba de considerarse un valor absoluto y pasaba a estar intrínsecamente ligado a cada individuo en concreto.
Que no se alarme el lector, no vamos a hablar en este articulo de física cuántica, entre otras cosas por mi ignorancia sobre la materia, pero sí que me sirve de introducción este apunte histórico para reflejar la sensación que tengo frecuentemente de que estamos en una etapa donde el tiempo parece haberse comprimido, una especie de aceleración en el desarrollo del conocimiento humano que ha propiciado en pocos años una serie de cambios en nuestra sociedad que en otras épocas necesitaban décadas –o incluso siglos- en plasmarse.
El mundo de la publicidad no escapa evidentemente de esta época de cambio profundo, más bien al contrario es uno de sus más claros exponentes. Consecuentemente el publicista vive en una encrucijada donde se ve expuesto a múltiples modificaciones en su entorno que afectan inexorablemente su actividad diaria. Veamos, de forma no exhaustiva, algunos de estos cambios:
– En primer lugar, y ligado con la idea inicial del artículo, la “compresión” del tiempo. El ritmo de cambios que vive la publicidad demanda a los publicista una constante adaptación a nuevos entorno. Lo que sirve hoy ya no sirve mañana
– La irrupción de las nuevas tecnologías, en especial Internet y la telefonía móvil ha abierto un campo virgen para la publicidad. Una estrategia publicitaria que no abarque estos campos está abocada al fracaso
– Ahondando en el punto anterior, estos nuevos campos de actuación imponen al publicista una exigencia técnica que no tenía anteriormente. El conocimiento tecnológico es imprescindible para desarrollar nuestra acción publicitaria. Asimismo nos encontramos con estrategias publicitarias que interrelaciona diversos medios (e.g anuncios en tv y radio que rederigen a una web, o a redes sociales…) ello implica la necesidad de tener un conocimiento global de todos los elementos de la estrategia.
– El branding va cediendo cada vez más terreno a las conversiones – y más en época de crisis-, el cliente quiere resultados palpables que obligan al publicista a formarse en materias como el web analytics, determinación de costes de conversión , optimización de campañas mediante Google Optimizer y un largo etcétera.
Todo este conjunto de cambios, abocan a un nuevo perfil de publicista, personas acostumbradas a manejarse bien en épocas de cambio, con perfiles más técnicos y con amplios conocimientos en nuevas tecnologías. Personas más versátiles y que sepan adaptarse con rapidez a nuevos entornos. Esperemos que nuestro sistema educativo pueda cubrir estas necesidades.