Sobre el autor

Ya sea por vanidad o por motivos diversos -una entrevista de trabajo- todos hemos adornado nuestros curriculums profesionales. Pero claro una cosa es embellecer y otra exagerar hasta límites que resultan hilarantes. Creo que cuando ponemos nuestro perfil en nuestro blog, aun deberíamos ser más estrictos en la redacción del mismo, a riesgo de exponernos al ridículo público. No estaría mal que el World Wide Web Consortium definiera una reglas para redactar correctamente esta sección de un blog personal -es broma claro-. Ahí van mis humildes sugerencias:

– Prohibición de hablar en tercera persona. Si en un blog personal alguien habla sobre él mismo en tercera persona, o bien tiene una personalidad bipolar, o bien se cree el rey del mambo.

– Límite de extensión. Se trata de dar unas breves notas sobre el autor, no el primer capítulo de nuestra autobiografía.

– "Estudios en". Vamos a ver, si ponemos que tenemos estudios en Física Cuántica es porque tenemos una licenciatura en Física y un master en esta especialización – de un mínimo de tiempo razonable, no porque nos apuntamos a esa carrera, la abandonamos en primer curso y nos leímos un libro de Einstein por fascículos.

– Diplomaturas diversas. Reconozco que es una fobia particular, pero encuentro escandaloso esos cursos que algunas universidades de élite ofrecen por una superpasta, sin pedir casi ningún requisito académico previo, y que tienen una duración insustancial. Su valor principal es permitir comprar prestigio a golpe de talonario y sin esfuerzo a gente que necesita reforzar su cv o su ego.

– Más de cursos. Por favor reprímanse de mostar que uno ha hecho cursos de mecanografía, macrame avanzado, cocina creativa y similares.

– Empresas participadas. El cachondeo en este tema es alarmante. Un poco de seriedad por favor, no se trata de comprar un par de  acciones de las empresa que cotizan en el Ibex y afirmar que son algunas de nuestra empresas participadas. ¿Exageración?, yo he visto afirmaciones parecidas con participaciones que no llegan al 1% en start-ups, que evidentemente no cotizan en bolsa.

– Datos personales. No me parece mala idea dar algún dato sobre nuestra esfera más íntima y personal, pero claro tampoco es cuestión de pasarse y convertir la sección en una especie de salsa rosa virtual.

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