Artículo publicado previamente en el boletín OME
Cuando analizamos, ni que sea someramente, las cifras relativas al comercio electrónico en España, vemos que aun distan mucho de las medias europeas. Las ultimas cifras publicadas por el Eurostat hablaban de un volumen de 1.500 millones de euros para el tercer del 2009, es decir alrededor de 6.000 millones al año, lo que está muy por debajo de países de nuestro entorno. Así por ejemplo, mientras tan solo el 23% de los españoles entre 16 y 74 años afirmaban haber efectuado una compra online, este porcentaje rondaba el 65% en países como el Reino unido, Holanda y Suecia.
Varias causas justifican estas diferencias. A modo no exhaustivo:
– Por un lado están las relacionadas con el desarrollo económico y tecnológico. La penetración de Internet en esos países es mucho más elevada que en España, por no hablar del grado de desarrollo de las infraestructuras de telecomunicaciones y distribución, donde las diferencias pueden ser abismales. Por poner un ejemplo ilustrativo, recuerdo que cuando vivía en Holanda (hace ya más de 20 años), la mayoría de casas recibían la tv por cable, veinte años después me gustaría saber cual es el grado de implantación del cable en España.
– Por otra parte, existen un conjunto de razones sociales y culturales que también ayudan a explicar la diferencia. En esos países, por razones varias (clima, costumbres, educación…) la venta a distancia siempre ha sido superior a la de los países mediterráneos. El ecommerce es el lógico heredero de esta tradición.
Dicho todo lo anterior, creo que el llamado ecommerce 2.0 va a ser el catalizador principal que va a ayudar a reducir las diferencias. En efecto, la irrupción del fenómeno “social” en el mundo del ecommerce es una de las mayores fuerzas impulsoras del incremento de las transacciones económicas online. En mi opinión estos son los dos principales motivos:
– En primer lugar destacaría la viralidad implícita en este nuevo modelo de comercio electrónico. Leí una vez una frase muy graciosa que lo describe perfectamente “social media is word of mouth on steroids”.
– Por otra parte, el componente social de las tiendas es el principal antídoto para contrarrestar uno de los frenos principales al desarrollo del comercio electrónico: la desconfianza. En efecto, cuando introducimos opiniones, comentarios, evaluaciones de los usuarios que ya han comprado en una tienda, la credibilidad de la misma sube muchos enteros para el potencial cliente.
Resulta paradójico, en definitiva, ver como vamos a pasar del no-comercio-online al ecommerce 2.0 sin casi paradas intermedias.