La maldita idea

Se que soy muy pesado con este tema, pero no puedo evitarlo: es superior a mis fuerzas. Volvamos a hablar de lo "fácil" que es ser millonario.

No discuto que hay que crear un clima favorable al emprendedor, y que hay que favorecer el desarrollo de nuevas iniciativas. Pero todo tiene un límite, ya que si no, se produce la sensación que transmiten muchas veces blogs de emprendedores, "first tuesdays", networkings y movidas similares de que aquí el más tonto fabrica relojes, y que con cualquier proyecto voy a convertirme en un acaudalado empresario en un plis plas.

Y claro, ese caldo de cultivo lleva a leer con asombro comentarios como el siguiente (en un post sobre la financiación que ha conseguido una determinada web)

"800.000 euros… y yo mendigando 200.000"

Es ahí cuando uno se pone las manos en la cabeza, y piensa ¿mendigar dices?, vete a un albergue municipal para gente sin techo y sabrás lo que es mendigar, ¿200.000 euros?, nada una tonteria, es lo que gana un trabajador de media al año, ¿verdad?. Hoy precisamente, he invitado a un amigo a un café y el me ha prestado esa cantidad para que vaya de copas el fin de semana…en fin sobran los comentarios.

A todo esto viene a colación hablar de la idea, la "maldita idea". He comentado este tema algunas veces con mi amigo Josep Pocalles. Hay una sobrevaloración grave de la importancia de la "idea" en el éxito de un proyecto determinado. Hay una tendencia generalizada, especialmente entre los "would-be-billonario", a cree que con una idea basta, casi me atrevería a decir que cualquier idea basta. Y como diría Llach "no es això companys, no es això".

Les aseguro, que yo, como la mayoría de los mortales, tengo muchas ideas de posible negocios. El problema es que la mayoría de ellas son una birria, otras muchas son simplemente malas, algunas pocas llegan a la categoría de mediocres, y pocas, desafortunadamente muy pocas, son aceptables. Pero aun sólo considerando esta última categoría, es mucho menor la cantidad de ellas que llegan a convertirse en algo positivo.

Por todo esto, más importante que una idea es para mí:

– La formación académica y profesional del equipo de trabajo que este detrás de la idea.
– Una buena red de contactos profesionales.
– La experiencia profesional
– El "arte" de transformar una idea en una realidad
– Una visión de negocio a medio y largo plazo.
– Y si, horror de los horrores, perseverancia, paciencia y trabajo, todo en ello en grandes dosis.

Y claro, muchos seguirán pensando para que complicarse la vida con todo lo anterior, con lo fácil que es tener una maldita idea…

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