Mis oxidados conocimientos de macroeconomía no me permiten efectuar una opinión documentada sobre la actual situación de crisis económica. No obstante, si me gustaría remarcar la importancia que tienen los componentes psicológicos en las fases cíclicas de la economía.
De mi etapa como dealer de futuros y opciones (¡que tiempos aquellos!) recuerdo los momentos de pánico y euforia que se producían periódicamente. Eran especialmente intensos los primeros, cuando en situaciones determinadas se producían descensos de las cotizaciones que rompían "soportes" considerados básicos por los análisis chartistas. El pánico en estos casos era general y un tsunami vendedor hundía los precios en la miseria. Pero después de la tormenta venía la calma, y paulatinamente se iban recuperando en los días y semanas posteriores, en la mayoría de los casos, las cotizaciones previas al desastre.
Sin llegar a extremos tan intensos, la crisis macroeconómicas presentan rasgos similares. Muchas veces, más grave que el deterioramiento de los fundamentos ecónomicos, es el efecto de miedo y aversión al riesgo que se genera entre los actores económicos, que atenaza las inversiones y el consumo, produciéndose un efecto "bola de nieve" que retroalimenta la crisis (de ahí la importancia de los llamados "indices de confianza", que son resultado de encuestar a distintos grupos sociales sobre su opinión subjetiva sobre como ven la situación económica).
Ahí va mi granito de arena para intentar revertir la situación, os animo a divulgar ese famoso mensaje, esta vez aplicado a la situación actual, a ver si entre todos conseguimos mejorar esa desconfianza actual 🙂 :
– ¡Al loro! que no os dejen embaucar, ¡que la economía no está tan mal!